Aguda desnudez de aguja
lámpara de noche durante el día
húmedo el silencio
fricción de gemido
un suspiro que sabe a vida
Estamos
solos
entre paredes de vacío
que dejan pasar únicamente el cielo nocturno
tu luna de queso
mis nubes de asfalto
y el eco de un susto
Maralva, vísteme con tus entrañas,
cúrame el insomnio
y aliviáname el hígado.
No podré dormir esta noche sin temblar
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