VENDARIO

21/11/12

elyella

Él cebó despacito el mate. Ella hojeaba el libro sin ver sus páginas, veía, en cambio, el infinito. Ella en su misterio mientras él sabía que le había entregado el corazón aquella fiesta con un trago encima, y ahora que compartían mate le estaba dando poco a poquito el alma.

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